Trabajar desde casa: esto suena a acurrucarte en tu sofá con tu manta preferida y un café caliente al lado, listo para que la musa de la creatividad se sienta a tu lado.
En la realidad, este sofá está repleto de piezas de lego, no sabes qué vas a hacer para la cena, y hay algunas fechas de entrega demasiado cercanas. Ah, y no te olvides que tu reunión por Skype requiere que estés vestida de forma adecuada.
Relájate y disfruta de las experiencia de una madre de mellizos con jornada completa que aprendió a surfear en el caos; porque la alternativa era morirse de agobio. De paso, aprenderás a hackear tu propia productividad y a crear aunque parece que el mundo esté conspirando en tu contra. Bienvenidos a la vida real que no te cuentan en las guías de productividad.